¿Cuáles comportamientos, actitudes o
falta de habilidades en los niños deben llamar la atención de sus padres?
En esta entrada quiero referirme a
nuestras vivencias como padres de una niña con trastorno dentro del espectro
autista pero sobre todo antes de conocer el diagnóstico.
Mi niña siempre fue particular, casi
nunca hizo nada como sus pares de la misma edad, teníamos a una prima y a una amiguita para comparar (en buen sentido) y veíamos que ella no se comportaba igual, pero
a tan corta edad no le podíamos dar mucha importancia; decíamos: ya aprenderá, en
algún momento lo hará, ya se le pasará…
Una de las cosas importantes que
recuerdo es que ella no podía trepar para entrar o salir de la cuna como lo
hacía su amiga, su motricidad era escasa en ese aspecto, mientras la otra niña entraba y salía como liebre varias veces ella solo lograba entrar una y con mi
ayuda. Tampoco trepaba los muebles y le costó mucho poder subirse sola a la
cama. Aprendió a caminar a los dieciséis meses, y también le costó pedalear en
su triciclo, es decir, tuvo dificultad para realizar acciones que implicaran
mover todo su cuerpo. También le fue difícil aprender a quitarse algunas
prendas de vestir, como franelas o pantalones de telas gruesas, desabotonarse,
colocarse calzados de cordones y un variado etcétera. Algunas de estas
características persisten hoy en día a sus nueve años, en menor grado, por
supuesto; otras han sido superadas.
Otro aspecto que es motivo de atención
es lo referente a la ropa. Siempre le gustaba usar lo mismo, había que negociar
mucho con ella para que usara ropa que nunca quería
ponerse, no toleraba las texturas ásperas o simple y ligeramente áspera o que
tuviera algún borde, encaje o cualquier cosa que le rozara la piel. Casi no
toleraba los jeans a menos que fueran anchos y le permitieran movilidad y
cintura elástica o que no fuera rígida, prefería siempre los pantalones de
algodón o de tela de franela. Comprar zapatos siempre es una odisea, en
ocasiones debe probarse muchos para poder escoger unos que no le molesten y que
sienta cómodos. Hablo en pasado porque describo lo que vivíamos antes del diagnóstico, pero esto continúa siendo así.
La hora de la comida era casi siempre
una batalla campal, un acto que por lo general es placentero y es ocasión para
dialogar y compartir se nos volvía un infierno, casi nunca quería comer, apenas
se sentaba y veía la comida comenzaba a gritar y a llorar y salía corriendo
para su cuarto, acto seguido había que llamarla para que al menos probara la
comida pero ella se negaba, lloraba, gritaba y si intentaba probarla arqueaba
seguidamente. Este comportamiento nos molestaba y generaba mucha tensión,
siempre terminábamos gritando y recriminándole su “malcriadez”, en una ocasión
le grité que estaba loca, que el problema no era la comida sino su mente,(y
obviamente así era, pero por supuesto eso no bebí decírselo a ella) a todas
estas no teníamos ni la más mínima idea sobre autismo y tampoco estaba
sensibilizada ni tenía herramientas para tratar un caso como ella. Me apena
mucho estas cosas que hacíamos, pero quiero contarlas por si le sirve de
experiencia a alguien para que no cometa los mismos errores. Yo lloraba de
impotencia al no saber por qué ella se comportaba de esa manera, veía que ella
no trataba de cambiar, que por más que le hablara parecía no entender nada y no cedía
en nada. Cuando no queríamos escándalos a la hora de la comida simplemente le
preparaba una bebida con leche, pero me preocupaba mucho su alimentación, me
angustiaba que no se alimentara bien. Nunca le han gustado las frutas, salvo el
cambur y las verduras mucho menos. Cada vez que podía le hacía lo que a ella le gustaba que era
solo pasta y pollo empanizado para el almuerzo.
Desde que estaba en sala de cinco años,
su maestra nos decía que la niña tenía algunos problemas, que no miraba a los
ojos, no participaba en las rondas, a veces no respondía a las preguntas, entre
otros. Nos recomendó llevarla a un psicólogo y lo hicimos, pero nos dijo que
ella no tenía nada malo, que era demasiado inteligente y quien debía de cambiar de metodología era la
maestra. Fuimos donde una terapeuta familiar y nos dio algunas recomendaciones
pero prácticamente era como paños calientes. A mediados de ese curso escolar
entró a trabajar en la misma institución una psicóloga que enseguida comenzó a
tratarla.
La gota que derramó el vaso fue algo que
ocurrió un día estando ya en primer grado. Tomé todos sus dvd que se le estaban
dañando las carátulas y los coloqué dentro de un estuche para guardar cd que yo
había hecho pero tuve que recortar las carátulas de papel porque no cabían,
cuando terminé se lo enseñé emocionada pues estaban todos organizados y ella al
verlo dio un grito y se desató a llorar, se volvió como loca y le dio una
crisis de ansiedad, nunca la había visto comportarse de esa manera, le
explicaba que todo estaba ahí, pero ella mientras más lo veía más lloraba y me
gritaba: ¿por qué los rompiste? Yo le explicaba que quería organizarlos y que
así no se le dañarían. Le pedía disculpas y le decía que lo había hecho para
agradarla pero ella solo lloraba. La consolé todo lo que pude hasta que se
calmó y luego con los días fue aceptando el cambio. En los TEA, (personas con agún Trastorno del Espectro Autista) cualquier cambio produce reacciones, más si es brusco. Puede producir llanto, ira, frustración, desorientación, incertidumbre, entre otros; esto fue lo que pasó ese día.
Yo acostumbro a ir los jueves a visitar
el Santísimo que se expone en mi parroquia, y el jueves próximo luego de esa
experiencia recuerdo que lloré en oración delante de El y le pedí que por favor
cambiara esa forma de ser de ella,
le dije: si ella se sigue comportando así va a tener muchos problemas en
su vida y va a sufrir mucho, por favor Señor, ayúdala.
El jueves siguiente el Señor me dio la
respuesta, no fue lo que yo le pedí, él no la cambió de la noche a la mañana, más
bien nos hizo cambiar a nosotros, de golpe, en un solo día; ese día que Anita
(la psicóloga) nos comunicó que tenía síndrome de asperger. Un frío recorrió
todo mi cuerpo (es característico cuando entro en alguna crisis), no sabía qué
pensar, no podía asimilarlo, me entraron miles de dudas, temor e incertidumbre.
También me preguntaba si sería cierto. No podía ser cierto, mi niña no podía
tener eso… cómo iba a ser posible? Ese mismo día por la noche busqué en
internet y comencé a leer un artículo en el cual en alguna parte iban
describiendo características y a medida que leía la iba viendo a ella, recuerdo
que al llegar a una frase que decía: “Es frecuente que las sonrisas
"voluntarias" en las fotografías familiares sean una colección de
muecas sin gracia”, rompí a llorar porque ya no me quedaba duda. Lloré mucho
porque era mucha la incertidumbre de qué iba a pasar con su vida. Varias preguntas
me pasaban por la mente, cómo va a ser su vida? Podrá estudiar una carrera? Se
podrá casar o tener pareja? Podrá valerse por sí sola? Qué debo hacer ahora?...
En medio de ese dolor no puedo negar que
también existió un gran alivio, efectivamente, el problema no era la comida, o
la ropa, el ruido, o la luz, el olor, el
calor… el “problema” estaba en su mente y no era malcriadez ni lo hacía por
molestar o por llevar la contraria, y entonces me sentí culpable y con mucho
dolor por todas las veces que la grité, que la obligué a comer algo que no
quería, a ponerse algo que no le gustaba, cuando la apuraba porque era muy
lenta. En mi desespero por tratar de que fuera “normal” la presioné muchas
veces y vi como una película cada uno de esos momentos y se me destrozaba el
corazón, quería pedirle perdón, mil veces perdón, me sentía la peor de las madres
por no haberla sabido comprender. Desde ese momento cambió radicalmente nuestra
manera de tratarla, y enseguida comenzamos a ver cambios positivos, hasta su
manera de mirarme cambió, no pude dejar de notarlo, era una mirada como de
incredulidad, como preguntándose: por qué me están tratando diferente? Pero a
la vez se la veía más relajada y feliz, y cómo no! Cesaron los gritos, los regaños y
los maltratos de todo tipo. Comencé a leer mucho sobre el tema pero lo que más nos ha ayudado ha sido el amor y la comprensión.
Ese bendito día el Señor me hizo ver que
cambiando nosotros era como ella cambiaría.
A casi tres años de su diagnóstico, (noviembre de 2012) hoy en día no todo es perfecto, todavía
luchamos para que coma pero aceptamos que no coma lo que no quiera, tengo que
negociar mucho con ella para que se ponga ropa nueva o para que la varíe un
poco más, todavía es y será siempre muy sensible a los olores y corre espantada
de cualquier lugar donde haya un olor desagradable, no tolera la frustración,
tiene alexitimia (no sé en cual grado), tiene movimientos estereotipados o repetitivos
e intereses restringidos. A los vendedores, sobre todo de zapatos, debemos
decirles que por favor nos tengan paciencia y a ella tenérsela nosotros y
tratarla con mucho tacto y cariño para que no se estrese, para que no se
bloquee. Casi nada en el mundo la hace darse prisa, prácticamente solo
interactúa con sus amigas que afortunadamente tiene unas cuantas y todas la
quieren mucho; es excelente académicamente y ya no tengo miedo de su futuro,
por experiencia propia sé que logrará todo lo que ella se proponga, aunque sé
que tiene más afectaciones que yo pero también tiene la gran ventaja de un
diagnóstico maravillosamente temprano que nos ha permitido tratarla de una
mejor manera, todavía nos falta aprender mucho, pero lo que no sabemos creo que
lo vamos supliendo con amor.
Ella es única y es un regalo de Dios, su
sonrisa, para mí, es lo más hermoso junto con la de su hermano, ellos a veces
se pelean, en realidad todos los días, él la molesta y ella solo llora o grita
y corre a buscarnos a su padre o a mi, pero también se aman y son cómplices y
amigos, estoy segura que él será una gran ayuda para ella.
Twitter: @maryanmor
Hola,me gusto mucho tu publicacion ,sobre todo me da alivio ,estoy algo triste pero optimista a la vez,mi hija tiene varios rasgos que escribes ,me gustaria saber algunos detalles por ejemplo mi hija,tiene algunos comportamientos de victoria y entiendo cuando dices que es una batalla a la hora de comer,mi hija es selectiva hasta en el cariño no le gusta demostrar mucho afecto ,ni aceptarlo pero cuando lo hace en un cielo,ella tiene 22 meses,habla mucho pero con ecolalias,me gustaria q nos contaras como fue su adquisicion de lenguaje,soy mama y se q entiende mi insertidumbre,a la vez estoy reflexionando con lo q nos cuentas porque e actuado mal obligandole a cosas que ella no quiere,gracias por tus comentarios.
ResponderEliminarGracias Jessica león por leerme y comentar tus dudas. No soy para nada especialista, solo intento desde mi experiencia poder aportar un pequeño granito de conocimiento en el tema asperger tea.
EliminarCreo que tu niña todavía es muy pequeña para un diagnóstico, pero si es bueno que observes su comportamiento y ante cualquier inquietud acude a un especialista.
Victoria aprendió a hablar antes de los 12 meses, por supuesto que no fluidamente, solo palabras como papá, mamá, agua... Digamos, lo normal, Lo que sí recuerdo que me llamó la atención es que casi todas las palabras las pronunciaba casi correctamente, es normal que los niños pronuncien mal algunos sonidos y las palabras las distorsionen porque no saben pronunciar todas las consonantes, pero ella pronunciaba mejor que la mayoría de niños casi todos los sonidos. Pero no hablaba mucho, conozco chicos aspies que son muy locuaces solo que hablan siempre de un mismo tema.
Exito con tu niña, no tengas miedo, en todo caso si es asperger podrá ser feliz y vivir una vida plena en la medida en que la estimules y en la medida en que ella misma lo desee.
Gracias por tus deseos y si estoy mas fuerte ahora,cuando lei tu blog,no pude evitar derramar lagrimas xq senti q en tu relato q describias a mi hija,es dificil y quizas yo tenga algun rasgos xq nos parecemos en algunas cosas x ejemp...las texturas,son terribles para mi..y mi hija igual...ahora q he cambiado mi manera de criarla se porta mejor
ResponderEliminarSeguiremos en contacto
Gracias por tus deseos y si estoy mas fuerte ahora,cuando lei tu blog,no pude evitar derramar lagrimas xq senti q en tu relato q describias a mi hija,es dificil y quizas yo tenga algun rasgos xq nos parecemos en algunas cosas x ejemp...las texturas,son terribles para mi..y mi hija igual...ahora q he cambiado mi manera de criarla se porta mejor
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